«Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.» Mateo 4:4

Lecciones en Audio

Únete ahora a nuestro grupo de Telegram para recibir diariamente la lección de Escuela Sabática en Audio.

Nota: Este grupo de Telegram es sólo de difusión. No se permiten comentarios por parte de los usuarios, sino sólo de los administradores.

Lecciones de Escuela Sabática en Audio

Lección 13 – La resurrección de Moisés

Como hemos visto durante todo el trimestre, Moisés es protagonista humano en el libro de Deuteronomio. Su vida, su carácter, sus mensajes, impregnan el libro. Aunque Deuteronomio trata sobre Dios y su amor por el ‘am yisra’el, “el pueblo de Israel”, Dios a menudo utilizó a Moisés para revelar ese amor y hablarle a su pueblo Israel.
Ahora que llegamos al final de nuestro estudio de Deuteronomio, llegamos también al final de la vida de Moisés, al menos su vida aquí.
Como lo expresó Elena de White: “Moisés sabía que debía morir solo; a ningún amigo terrenal se le permitiría asistirlo en sus últimas horas. La escena que le esperaba tenía un carácter misterioso y pavoroso que le oprimía el corazón. La prueba más severa consistió en separarse del pueblo que estaba bajo su cuidado y al cual amaba; el pueblo con el cual había identificado todo su interés durante tanto tiempo. Pero había aprendido a confiar en Dios, y con fe incondicional se encomendó a sí mismo y a su pueblo al amor y la misericordia divinos” (PP 504).
Así como la vida y el ministerio de Moisés revelaron mucho sobre el carácter de Dios, así también su muerte y su resurrección.

Ver Más »

Lección 12 – Deuteronomio en el Nuevo Testamento

El Nuevo Testamento está saturado del Antiguo Testamento. Es decir, los escritores inspirados del Nuevo Testamento citaron a los escritores ins- pirados del Antiguo Testamento como fuente de autoridad. Jesús mismo dijo: “Escrito está” (Mat. 4:4), es decir, “Escrito está en el Antiguo Testamento”; y dijo que “es preciso que se cumplan las Escrituras” (Mar. 14:49, NVI), es decir, las Escrituras del Antiguo Testamento. Y, cuando Jesús se encontró con dos discípulos camino a Emaús, en lugar de hacer un milagro para mostrarles quién era, “comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían” (Luc. 24:27).
Ya sea empleando citas directas, alusiones, referencias a historias o profecías, los autores del Nuevo Testamento usaron constantemente el Antiguo Testamento para reforzar, e incluso justificar, sus afirmaciones.
Específicamente, Mateo, Marcos, Lucas, Hechos, Juan, Romanos, Gálatas, 1 y 2 Corintios, Hebreos, las epístolas pastorales y el Apocalipsis se remiten a Deuteronomio. Esta semana consideraremos algunos de esos casos y veremos qué verdad presente podemos extraer de ellos.

Ver Más »

Lección 11 – Deuteronomio en el resto del Antiguo Testamento

Una de las cosas fascinantes de la Biblia, especialmente del Antiguo Testamento, es la frecuencia con la que se refiere o se cita a sí misma; es decir, los escritores posteriores del Antiguo Testamento aluden a los anteriores, usándolos a ellos y a sus escritos para decir algo importante. El Salmo 81, por ejemplo, retrocede al libro del Éxodo y casi cita textualmente el preámbulo de los Diez Mandamientos, ya que el salmista escribió:
“Yo soy Jehová tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto” (Sal. 81:10). En todo el Antiguo Testamento se hace referencia al Génesis, especial- mente a la historia de la Creación (ver, por ejemplo, Jer. 4:23; Gén. 1:2). Y sí, muchas veces los escritores posteriores del Antiguo Testamento, como los profetas, aludieron al libro de Deuteronomio, que desempeñó un papel primordial en la vida del Pacto del Israel primitivo. Esta semana nos centra- remos en cómo los escritores posteriores del Antiguo Testamento utilizaron el libro. ¿Qué partes de Deuteronomio usaron y qué cuestiones plantearon que aún tienen relevancia para nosotros en la actualidad?

Ver Más »

Lección 10 – “Acuérdate, no olvides”

Hay dos palabras que aparecen en toda la Biblia: acordarse y olvidar. Ambas se refieren a algo humano, a algo que sucede en nuestra mente. Ambos son verbos y son opuestos: acordarse es no olvidar, y olvidar es no acordarse.
Dios a menudo le dice a su pueblo que recuerde todas las cosas que ha hecho por ellos; que recuerde su gracia y su bondad para con él. Gran parte del Antiguo Testamento consiste en los profetas insistiendo al pueblo que no olvidara lo que el Señor había hecho por él. Lo más crucial para recordar era su llamado, y el tipo de personas que serían si respondían a ese llamado. “Me acordaré de las obras de JAH; sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas” (Sal. 77:11).
¿Pasa algo similar con nosotros hoy? ¿Cómo hacer para no olvidar lo que Dios ha hecho por nosotros? Esta semana, según lo expresa Deuteronomio, veremos esta práctica crucial de hacer memoria y no olvidar la intervención de Dios en nuestra vida.

Ver Más »

Lección 09 – “Cuando te convirtieres con todo tu corazón”

Un simple hecho de la vida nos acompaña a todos: somos pecadores. De vez en cuando, algún “experto” se queja de la idea cristiana de la corrupción humana básica, pero todo lo que tenemos que hacer es mirar las noticias durante uno o dos días o hacer una revisión rápida de la historia de la humanidad, y la veracidad de esta doctrina cristiana se hace evidente. Sin ir más lejos, quien tenga el coraje de observar con atención en lo más hondo de su corazón (un lugar que puede resultar aterrador) conoce la veracidad de Romanos 3:9 al 23, que termina con las palabras: “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Rom. 3:23).
Por supuesto, la parte positiva se encuentra en el versículo siguiente, que habla de ser “ justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” (Rom. 3:24). Para esta gran noticia, el arrepentimiento es fundamental: reconocer nuestro pecado, sentir pena por él, pedirle perdón a Dios y apartarnos de la maldad. Como somos pecadores, el arrepentimiento debe ser una parte esencial de nuestra existencia cristiana. Esta semana, veremos la idea del arrepentimiento según se expresa en Deuteronomio.

Ver Más »

Lección 08 – “Escoge, pues, la vida”

Una joven de 22 años fue diagnosticada con una enfermedad mortal: tumor cerebral. Incluso con todas las maravillas de la medicina moderna, no se podía hacer nada más que prolongar la agonía hasta lo inevitable. Pero esta joven, Sandy, no quería morir. Entonces, tuvo un plan. Después de su muerte, le pondrían la cabeza en una tina de nitrógeno líquido congelado, para preservar sus células cerebrales. Y allí esperaría, cincuenta años, cien años, mil años, hasta que la tecnología hubiera avanzado lo suficiente y su cerebro, compuesto por conexiones neuronales, podría cargarse en una computadora. Así, Sandy podría “vivir”, tal vez incluso para siempre.
Triste historia, no solo porque una joven estaba a punto de morir, sino también debido a dónde puso su esperanza. Como la mayoría, Sandy quería vivir. Pero eligió un camino que, a fin de cuentas, seguramente no funcionará.
Esta semana, mientras seguimos en Deuteronomio, veremos la preferencia de vida y la oportunidad que se nos da de elegir la vida, pero elegirla en los términos que Dios, el Dador y Sustentador de la vida, nos ha ofrecido en su misericordia.

Ver Más »

Lección 07 – La Ley y la gracia

La mayoría de las confesiones cristianan enseñan sobre la Ley y la gracia, y comprenden la relación entre las dos. La Ley es la norma de santidad y justicia de Dios, y la violación de esa ley es pecado. “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley” (1 Juan 3:4). Y, como todos hemos violado esa ley (“Pero la Escritura declara que todo el mundo es prisionero del pecado” [Gál. 3:22, NVI]), es solo la gracia de Dios lo que puede salvarnos. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (Efe. 2:8). (Por supuesto, está el “pequeño detalle” del rol del día de reposo sabático como parte de la Ley. No obstante, por diversas razones, muchos cristianos están decididos –al menos por ahora– a rechazar el sábado, y proponen todo tipo de argumentos para justificar su rechazo; pero ese es otro tema.)
Aunque se expresa de diferentes maneras y en diversos contextos, el tema de la Ley y la gracia indudablemente se encuentra en toda la Biblia, incluyendo el libro de Deuteronomio. Sí, Deuteronomio también presenta la relación entre la Ley y la gracia, pero en un contexto peculiar.

Ver Más »

Lección 06 – “Porque ¿qué nación grande hay…?”

Los primeros tres capítulos de Deuteronomio fueron básicamente una lección de historia, al recordarle al pueblo lo que había pasado hasta ese momento. Para cuando llegamos al capítulo 4, la lección de historia cambia más a un modo sermón, con una finalidad: mostrar el poder y la gracia de Dios obrando entre el pueblo y que, aunque cometieron errores, el Señor todavía iba a honrar su pacto con ellos.
El capítulo 4 comienza con la palabra hebrea (una conjunción y un adverbio), we‘attah, que puede traducirse como “Y ahora” o “Ahora, pues”. Acababan de repasar su historia reciente, un recordatorio de lo que Dios había hecho al guiarlos hasta este punto; entonces, o “ahora, pues”, deben hacer lo que Dios les dice que hagan en respuesta (ver también Deut. 10:12).
El primer verbo hebreo que aparece después de “Ahora, pues” es shema’, el mismo verbo que se usa al principio de la oración Shemá, y significa “escucha”, “oye” u “obedece”, un verbo que se repite a lo largo de Deuteronomio. En otras palabras, es como si el capítulo comenzara diciendo: “Ahora, pues, Israel, debido a lo que hice por ti, debes obedecer lo siguiente…”

Ver Más »

Lección 05 – “El extranjero dentro de tus puertas”

Como leímos la semana pasada, cuando un escriba le preguntó acerca de “el primer mandamiento de todos” (Mar. 12:28), Jesús respondió afirmando que Dios es uno, y luego dijo: “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento” (Mar. 12:30).
Sin embargo, Jesús prosiguió, y expresó algo sobre lo que el escriba no había preguntado: el segundo Mandamiento. Sabiendo lo importante que era, Jesús dijo: “Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos” (Mar. 12:31).
¿Ningún mandamiento mayor que estos? Jesús conectó el amor a Dios y el amor al prójimo en un solo mandamiento, y ese mandamiento era el mayor de todos.
Una vez más, Jesús no inventó algo nuevo, algo que los judíos no habían escuchado antes. El llamado a amar a Dios por sobre todo y la idea de amar al prójimo y de amar a los demás como una forma de expresar nuestro amor a Dios fueron tomados del libro de Deuteronomio.

Ver Más »

Lección 05 – “El extranjero dentro de tus puertas”

Como leímos la semana pasada, cuando un escriba le preguntó acerca de “el primer mandamiento de todos” (Mar. 12:28), Jesús respondió afirmando que Dios es uno, y luego dijo: “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento” (Mar. 12:30).
Sin embargo, Jesús prosiguió, y expresó algo sobre lo que el escriba no había preguntado: el segundo Mandamiento. Sabiendo lo importante que era, Jesús dijo: “Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos” (Mar. 12:31).
¿Ningún mandamiento mayor que estos? Jesús conectó el amor a Dios y el amor al prójimo en un solo mandamiento, y ese mandamiento era el mayor de todos.
Una vez más, Jesús no inventó algo nuevo, algo que los judíos no habían escuchado antes. El llamado a amar a Dios por sobre todo y la idea de amar al prójimo y de amar a los demás como una forma de expresar nuestro amor a Dios fueron tomados del libro de Deuteronomio.

Ver Más »

Únete a nuestro grupo de Whatsapp para recibir diariamente la lección de Escuela Sabática en Audio.

Nota: Este grupo de Whatsapp es sólo de difusión. No se permiten comentarios por parte de los usuarios, sino sólo de los administradores.